miércoles, 31 de octubre de 2012

Calaverita borgiana


Por las calles de Buenos Aires
se le ve transitar,
es un viejo, es un tal Borges,
o quizá es Pierre Menard.

De la mano de una dama
(¿la Kodama o su mamá?)
da pasitos taciturnos
que lo alejan de este mundo.

Bioy lo encuentra y le pregunta:
“¿qué hacés con ella?, ¿adónde crees que vas?”
A lo cual Georgie contesta:
“me llevá a la biblioteca,
me leerá en santa paz.”

Con desdén y algarabía, la dama desvela su identidad:
“soy la muerte, y esta noche te he de llevar
a una biblioteca en suelo suizo,
que a partir de ahora será tu paraíso.”