El equipo de buceo me hacía sentir bastante pesado, pero era de vital importancia soportarlo si acaso quería seguir con vida, ya que la falta de oxígeno en el fondo marino es letal para los seres humanos. A decir verdad, la entrevista a Bob Esponja siempre había sido un anhelo bastante peculiar, representaba un gran reto periodístico.
Nadé por todo el Océano Pacífico hasta llegar a Fondo de Bikini, hábitat de múltiples criaturas, entre las cuales encontraríamos a nuestro amigo, la esponja marina. Ahí estaba él, esplendorosamente amarillo, poroso y absorbente. Traía puestos consigo sus inseparables pantalones cuadrados, unos zapatitos negros y llevaba en su bolsillo una fantástica espátula.
Nos saludamos con gran afecto, su vivienda constituida en forma de piña, estaba detrás de nosotros proporcionándonos un poco de sombra ante los intensos rayos solares que caían sobre Fondo de Bikini. Su mascota, Gary, se asoleaba con singular alegría sin inmutarse por mi presencia. Bob me ofreció un helado cacahuate para amenizar nuestra charla. Fue así que ingresamos a su casa y formalmente inició la entrevista.
Daniel: Bob, muchas gracias por tu amabilidad y hospitalidad. Bien, ahora quisiera que me contaras ¿cuándo se dio tu lanzamiento a la pantalla chica? ¿Cuándo surge el mito de Bob Esponja?
Bob Esponja: De nada amigo –con una gran sonrisa dibujada en su cara, sin duda la más honesta que he visto en un ser vivo–. Verás, a principios del año 1999 recibí una propuesta de un productor de Nick, él me ofreció transmitir mis vivencias para ustedes los seres humanos, lo cual me agradó bastante, y fue así como el 1 de mayo de ese mismo año se transmitió el primer capítulo de mi serie.
D.: ¿Quién es tu mejor amigo aquí abajo?
B.E.: ¡Oh! Por su puesto que Patricio, él siempre me acompaña en mis travesías, es la mejor estrella de mar que hay en al mundo, quiero mucho a Patricio –decía esto mientras sus ojos prácticamente salían de orbita, su cuerpo esponjoso se ensanchaba y sus brazos hacían ademanes que mostraban la felicidad que lo embargaba al hablar de Pat.
D.: ¡Vaya!, realmente irradias alegría Bob, me encanta tu actitud. Dime ¿cuál es tu pasatiempo favorito en Fondo de Bikini?, –terminando esta frase disfruté de dos o tres probadas de mi helado cacahuate.
B.E.: Es curioso que menciones eso Dany, dado que me gusta hacer muchas cosas... –10 minutos y 13 segundos después de un arduo y duro trabajo mental por parte de Bob.
D.: Bob, Bob, ¡despierta!, –sacudí con fuerza su contorno cuadrado.
B. E.: ¡Ah!, –con un gran suspiro regresó a este mundo y dijo– me encanta jugar con las medusas, ¡es emocionante atraparlas! Comparando nuestros hogares, las medusas son como las abejas que habitan en donde tú vives.
D.: –¡Que gran sujeto!– ¡Vaya Bob!, sí que debe ser divertido, si quieres vamos a jugar con ellas después de platicar.
B.E.: ¡Wow! Es una gran idea Dany –gritó con fervor.
D.: Bob, ahora cuéntame… ¿A qué te dedicas?, porque sé que no eres una esponja cualquiera, no ingieres tu alimento por inanición, sino que degustas de comida deliciosa, por ende debes trabajar para sostenerte, ¿verdad?
B.E.: Claro amigo, trabajo en el Crustáceo Cascarudo, propiedad de Don Cangrejo, es el mejor restaurante de estos lares, se sirve la mejor comida, siendo lo mejor la cangreburger.
D.: Háblame más acerca de ese manjar.
B.E.: Pues mira... Lleva una capa de carne, lechuga, pepinillos, una salsa especial y un toque secreto, que es donde radica la magia de nuestra fórmula secreta –babeaba más que un bebé de 6 meses, era asombroso ver su cara, parecía tener una cangreburger frente a él.
D.: ¡Vaya! Es fenomenal, además supongo que amas tu trabajo, te he visto. Oye, y ¿qué sientes por Gary?
B.E.: Gary es más que una mascota, es como de mi familia, me escucha cuando me siento mal, es extraordinario, su maullido es de los mejores sonidos que he escuchado.
D.: Jajaja –expresé con singular alegría–. Por último Bob, me puedes platicar un poco del restaurante Fiesta Cacahuate, porque sé que eres fan de ese lugar.
B.E.: Es un lugar increíble, no hay un mejor lugar para comprar helados, los amanecer cacahuate son geniales –súbitamente su semblante cambió y comenzó a decir algo en voz baja, su tono fue en aumento y escuché que interpretaba una canción.
B.E.: ¡Soy un cacahuate, sí!, ¡eres un cacahuate, sí!, ¡todos somos cacahuates, sí!, cacahuate, cacahuate, ¡sí! –¡Genial! No me pude contener, me sentí invadido por su canción y entonces… Ambos cantamos al unísono mientras salíamos a cazar medusas.
D. y B.E.: ¡Soy un cacahuate, sí!, ¡eres un cacahuate, sí!, ¡todos somos cacahuates, sí!, cacahuate, cacahuate, ¡sí!
Nadé por todo el Océano Pacífico hasta llegar a Fondo de Bikini, hábitat de múltiples criaturas, entre las cuales encontraríamos a nuestro amigo, la esponja marina. Ahí estaba él, esplendorosamente amarillo, poroso y absorbente. Traía puestos consigo sus inseparables pantalones cuadrados, unos zapatitos negros y llevaba en su bolsillo una fantástica espátula.
Nos saludamos con gran afecto, su vivienda constituida en forma de piña, estaba detrás de nosotros proporcionándonos un poco de sombra ante los intensos rayos solares que caían sobre Fondo de Bikini. Su mascota, Gary, se asoleaba con singular alegría sin inmutarse por mi presencia. Bob me ofreció un helado cacahuate para amenizar nuestra charla. Fue así que ingresamos a su casa y formalmente inició la entrevista.
Daniel: Bob, muchas gracias por tu amabilidad y hospitalidad. Bien, ahora quisiera que me contaras ¿cuándo se dio tu lanzamiento a la pantalla chica? ¿Cuándo surge el mito de Bob Esponja?
Bob Esponja: De nada amigo –con una gran sonrisa dibujada en su cara, sin duda la más honesta que he visto en un ser vivo–. Verás, a principios del año 1999 recibí una propuesta de un productor de Nick, él me ofreció transmitir mis vivencias para ustedes los seres humanos, lo cual me agradó bastante, y fue así como el 1 de mayo de ese mismo año se transmitió el primer capítulo de mi serie.
D.: ¿Quién es tu mejor amigo aquí abajo?
B.E.: ¡Oh! Por su puesto que Patricio, él siempre me acompaña en mis travesías, es la mejor estrella de mar que hay en al mundo, quiero mucho a Patricio –decía esto mientras sus ojos prácticamente salían de orbita, su cuerpo esponjoso se ensanchaba y sus brazos hacían ademanes que mostraban la felicidad que lo embargaba al hablar de Pat.
D.: ¡Vaya!, realmente irradias alegría Bob, me encanta tu actitud. Dime ¿cuál es tu pasatiempo favorito en Fondo de Bikini?, –terminando esta frase disfruté de dos o tres probadas de mi helado cacahuate.
B.E.: Es curioso que menciones eso Dany, dado que me gusta hacer muchas cosas... –10 minutos y 13 segundos después de un arduo y duro trabajo mental por parte de Bob.
D.: Bob, Bob, ¡despierta!, –sacudí con fuerza su contorno cuadrado.
B. E.: ¡Ah!, –con un gran suspiro regresó a este mundo y dijo– me encanta jugar con las medusas, ¡es emocionante atraparlas! Comparando nuestros hogares, las medusas son como las abejas que habitan en donde tú vives.
D.: –¡Que gran sujeto!– ¡Vaya Bob!, sí que debe ser divertido, si quieres vamos a jugar con ellas después de platicar.
B.E.: ¡Wow! Es una gran idea Dany –gritó con fervor.
D.: Bob, ahora cuéntame… ¿A qué te dedicas?, porque sé que no eres una esponja cualquiera, no ingieres tu alimento por inanición, sino que degustas de comida deliciosa, por ende debes trabajar para sostenerte, ¿verdad?
B.E.: Claro amigo, trabajo en el Crustáceo Cascarudo, propiedad de Don Cangrejo, es el mejor restaurante de estos lares, se sirve la mejor comida, siendo lo mejor la cangreburger.
D.: Háblame más acerca de ese manjar.
B.E.: Pues mira... Lleva una capa de carne, lechuga, pepinillos, una salsa especial y un toque secreto, que es donde radica la magia de nuestra fórmula secreta –babeaba más que un bebé de 6 meses, era asombroso ver su cara, parecía tener una cangreburger frente a él.
D.: ¡Vaya! Es fenomenal, además supongo que amas tu trabajo, te he visto. Oye, y ¿qué sientes por Gary?
B.E.: Gary es más que una mascota, es como de mi familia, me escucha cuando me siento mal, es extraordinario, su maullido es de los mejores sonidos que he escuchado.
D.: Jajaja –expresé con singular alegría–. Por último Bob, me puedes platicar un poco del restaurante Fiesta Cacahuate, porque sé que eres fan de ese lugar.
B.E.: Es un lugar increíble, no hay un mejor lugar para comprar helados, los amanecer cacahuate son geniales –súbitamente su semblante cambió y comenzó a decir algo en voz baja, su tono fue en aumento y escuché que interpretaba una canción.
B.E.: ¡Soy un cacahuate, sí!, ¡eres un cacahuate, sí!, ¡todos somos cacahuates, sí!, cacahuate, cacahuate, ¡sí! –¡Genial! No me pude contener, me sentí invadido por su canción y entonces… Ambos cantamos al unísono mientras salíamos a cazar medusas.
D. y B.E.: ¡Soy un cacahuate, sí!, ¡eres un cacahuate, sí!, ¡todos somos cacahuates, sí!, cacahuate, cacahuate, ¡sí!